sábado, 5 de marzo de 2011

La verdad sobre los topes

No sé en qué oscura época de la historia humana se inventaron los topes.

La estrategia parecía transparente: forzar un vehículo que pasa por una calle determinada a reducir su velocidad. Pero la presencia del tope presupone un señalamiento y un conductor que no puede respetarlo, que no es consciente de los otros que habitan la ciudad y deben cruzar, a pie o en otro vehículo, por el mismo lugar.

El ciudadano de una ciudad en la que los topes proliferan es, a priori, ciego y estúpido. Por eso creo que los topes jamás, mira que me enojo, jamás de los jamases, deberían ser una opción.

Jorge A

1 comentario:

  1. Pues a pesar de los topes, frente a la casa de mi novia, consiguen atropellar gatos. ¿Cómo la ves? El problema no son los topes, ni siquiera los conductores, el problema son los autos. Quita los autos y desaparecen los problemas.

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